2020, el año que inició la pandemia y nos cambió la vida a todos. A veces pienso cómo será en 100 años cuando se estudie la historia de la humanidad ¿cómo nos recordarán las siguientes generaciones? Esta pregunta me hizo pensar fuerte sobre qué puedo hacer yo para que mis generaciones a futuro puedan recordar algo significativo de mí como persona. Obvio rezar, orar, ayunar, pedir el favor de Dios, buscar de Dios incansablemente leyendo y estudiando la Biblia. Sí, pero ¿qué más?
Es así que el 2020 decidí leer lo más que pudiera y procurar cultivar más que nunca sabiduría.
En medio de un año desafiante, con muchas noticias falsas y mucho interés a todo nivel de que la gente sienta miedo, decidí llenarme la cabeza de buenos libros para crecer lo más que pudiera, además de cultivar sabiduría y entrenar mis músculos de pensamiento crítico.
El mejor libro que leí en el 2020 (luego de la Biblia): Deja de Llamarme Hermosa (Stop Calling me Beautiful) de Phylicia Masonheimer. Ella es teóloga cristiana y tiene su marca «Todas Las Mujeres Somos Teológas». Me encanta su enfoque de bucear en la Biblia profundo, pero también mirar la historia, así como las tendencias actuales (tecnología cuando aplica, pero también ciencia, estudios que existen en el mundo). En este libro ella hace la declaración más poderosa que he escuchado en mi vida al mundo cristiano de la fe dentro de las iglesias, y es que cuando vas a cualquier retiro espiritual o reunión de mujeres, siempre terminan diciéndote eres una «hermosa hija de Dios» pfff ¿y las que somos feas? o mejor aún, a las que no nos importa tanto cómo nos veamos físicamente, sino que estamos buscando a Dios. Es un libro para ir profundo en cuanto a ser mujer creyente en estos tiempos. Particularmente este libro afectó demasiado mi vida porque me invitó a buscar la posibilidad de estudiar la carrera de teología.
El mejor libro de productividad: El club de las 5 am de Robin Sharma. Por años, me levanto temprano, personalmente soy una «morning person» funciono mejor en las mañanas que en las noches. Este libro fue un súper recordatorio sobre lo productivo que uno es cuando se enfoca en hacer las cosas difíciles primero, cuando cultivas hábitos que te permitan vivir en salud completa.
El libro para echar mano: Indistraible de Nyr Eyal. Es un libro para entender el para qué de las distracciones, ¿cómo es que tú particularmente te distraes? y ¿qué hacer para poder combartirlo desde la raíz y así asegurarte que puedas enfocarte tranquilamente.
Libro sobre gestión de tu cuerpo y tu mente: Reshaping it all (Cambiando la forma de todo) de Candance Cameron Bure. La actriz que hizo de DJ Tanner en Full House y en Fuller House cuenta cómo hizo para poder tener una buena relación con su cuerpo siendo una chica llenita que por naturaleza tiene tendencia a ganar peso. Todo cambió cuando se casó con un deportista profesional y empezó a cuidarse para el largo plazo, no sólo para la alfombra roja. Un libro muy práctico porque incluye oración, recetas de cocina y ejercicios. Muy bueno.
Mejor libro escrito: When breath becomes air (cuando la respiración se convierte en aire) del Dr. Paul Kalanithi y su esposa. Es un libro increíble que narra la experiencia de un doctor en medicina mientras su vida se va apagando hasta que finalmente muere. El último capítulo lo escribe su esposa y es devastador, inteligente, sensible y muy especial. La vida es ahora, y este libro nos lo recuerda contando la experiencia personal a la par de la parte médica.
Libro teológico: «Huyendo de la razón: un análisis penetrante del hombre moderno» de Francis Schaeffer. Este libro me voló la cabeza (como hacía tiempo no sentía) pues hace un recorrido de los estilos de pensamiento de la humanidad hasta nuestros días. Ergo por qué se debe tener un compartimiento para pensar en la fe y otro para pensar en la mente, porque por el afán de crecer mentalmente, uno puede perder su fe. Mientras que por el afán de crecer la fe uno puede cultivar aún más su mente. Es un libro de contrastes, de mucho para pensar y mucho más para debatir. Fue este libro la confirmación de que es una buena idea estudiar teología en estos momentos.
Muchos libros leídos, muchas páginas y un corazón lector cada vez más agradecido con mi mami por haberme inculcado el hábito de leer desde chiquitita.
Feliz lectura,
KT